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sábado, 23 de mayo de 2020

LA RENTA BASICA


La renta básica


L

a pandemia del COVID19, volvió a poner en evidencia en Colombia la escases o inexistencia del  Estado Social, contemplado en el artículo 1 de la Constitución Política y lo mal que andamos posicionados en el coeficiente de Gini[1]; según OCDE[2] Colombia hoy es el país más desigual de Suramérica, el segundo en Latinoamérica después de Haití y el cuarto en el mundo[3]; sin duda que la pobreza cunde entre nuestros estudiantes e inclusive en muchas de las familias de los maestros, las cuales  siguen siendo víctimas de esta violación de derechos humanos.

La declaración universal de los derechos humanos emergentes DUDHE - en el artículo 1 – numeral 3, establece el concepto de renta básica o ingreso ciudadano universal, como aquel: “que asegura a toda persona, con independencia de su edad, sexo, orientación sexual, estado civil o condición laboral, el derecho a vivir en condiciones materiales de dignidad. A tal fin, se reconoce el derecho a un ingreso monetario periódico incondicional sufragado con reformas fiscales y a cargo de los presupuestos del Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro residente de la sociedad, independientemente de sus otras fuentes de renta, que sea adecuado para permitirle cubrir sus necesidades básicas”[4]

Un grupo de 50 congresistas (Partido  Verde, Partido de la U, El Polo, El Partido Liberal, Decentes, Colombia Humana, Mais, Partido FARC y Senadores de Cambio Radical) proponen una renta básica que permita enfrentar la emergencia, que consistiría en un subsidio de  $1.409.000 (un salario mínimo mensual con todas las prestaciones sociales legales) a cerca de
3,5
millones de trabajadores en actividades formales e independientes, que estén en peligro de vulnerabilidad frente a la crisis; y de un salario mínimo ($877.000) a 9,5 millones de hogares pobres y vulnerables que tiene Colombia. Por lo que se cubriría a 31 millones de personas. La propuesta en su totalidad permite beneficiar a cerca de 71% de la población por un periodo de tres meses y tendría un costo fiscal de $40,5 billones, lo que corresponde al 4% del PIB[1]; aun muy bajo si se compara con lo que algunos países vienen invirtiendo: más del 29% como Inglaterra o Estados Unidos o por encima del 10% como Perú o el 8% como Chile y Brasil, Colombia no ha llegado al 3%[2].

Las fuentes de financiación de la propuesta sería un impuesto al patrimonio para las personas naturales de mayor riqueza, subirlo del 1% al 10% (la escala variará según el patrimonio) para los capitales y los patrimonios de mayor riqueza por encima de $5.000 millones, además de un crédito del Banco de la República que le dé liquidez al programa, la renegociación de créditos internacionales y que se lleve a cabo y una reforma tributaria estructural que le quite los beneficios injustificados a las grandes empresas[3]

La movilización de los padres de familia, unida al magisterio (la marcha del distanciamiento, del tapabocas o apagar la virtualidad por 24 horas) es necesaria para garantizar que esta propuesta sea aprobada y se garantice, así sea de forma temporal el bienestar para la mayoría de los colombianos.


HÉCTOR ELIAS LEAL ARANGO

Presidente del SUTEQ

Maestros Unitarios e Isegoría.

Mayo de 2020



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